Adquirir una marca es una inversión significativa para cualquier empresa. Pero, ¿sabes cómo se contabiliza correctamente? No es tan sencillo como parece, ya que la contabilidad de una marca tiene sus particularidades, diferentes a otros activos. Este artículo te guiará a través del proceso, aclarando las diferencias entre el tratamiento contable y fiscal.
Es fundamental entender que la creación interna de una marca no se contabiliza como un activo intangible. El Plan General Contable (PGC) y el ICAC son claros al respecto: sólo las marcas adquiridas a terceros se registran como tales. Esto significa que los gastos en diseño, desarrollo o registro de una marca creada internamente se contabilizan como gastos del periodo, y no como una inversión a largo plazo. Por el contrario, si compras una marca ya establecida, esta sí formará parte de tu activo intangible.
La Marca como Inmovilizado Intangible
Cuando una empresa adquiere una marca, esta se clasifica como inmovilizado intangible. A diferencia de las patentes, que protegen invenciones, las marcas protegen la identidad de un producto o servicio, creando reconocimiento y diferenciación en el mercado. Su registro oficial, por ejemplo, en la Oficina Española de Patentes y Marcas, tiene una validez de 10 años, renovables indefinidamente. Sin embargo, esta renovación indefinida no implica una vida útil contable infinita.
Imaginemos que una empresa compra una marca por 10.000€. Este importe se registra en el activo como el valor de adquisición de la marca. En este coste se incluyen todos los gastos necesarios hasta su completa adquisición, como honorarios legales, impuestos, etc. Este valor se irá amortizando a lo largo del tiempo, un proceso que veremos con más detalle a continuación.
Amortización de la Marca: Contabilidad vs. Fiscalidad
Aquí reside la complejidad. La normativa contable, vigente desde 2016, exige la amortización de todo inmovilizado, tanto material como intangible, independientemente de su vida útil. Aunque la marca sea renovable indefinidamente, se debe amortizar. El PGC establece una amortización mínima del 10% anual si no se puede determinar su vida útil de forma fiable. Dado que la renovación es cada 10 años, una amortización en ese plazo es lo habitual contablemente.
Sin embargo, la legislación fiscal difiere. La Ley del Impuesto de Sociedades limita la amortización máxima deducible anual a la veinteava parte del valor de la marca (5%). Esta diferencia entre la amortización contable (10%) y la fiscal (5%) genera una diferencia temporal, un concepto importante en contabilidad.
Diferencias Temporales y su Contabilización
La discrepancia entre la amortización contable y la fiscal se refleja contablemente en la cuenta 4740 “Activos por diferencias temporarias deducibles”. En el ejemplo de una amortización contable del 10% y fiscal del 5% sobre una marca de 10.000€, la diferencia anual de 500€ se registra en el debe de esta cuenta. Esto se debe a que se está amortizando contablemente más de lo que se permite deducir fiscalmente. Este activo representa el beneficio fiscal diferido, que se recuperará en el futuro.
A lo largo de los años, la cuenta 4740 irá reflejando el ajuste. En los primeros años, un saldo deudor, reflejando el exceso de amortización contable. Con el tiempo, este saldo se irá reduciendo hasta llegar a cero, una vez amortizada la marca tanto contable como fiscalmente. Es crucial llevar un registro preciso de estas diferencias para reflejar correctamente la situación financiera y fiscal de la empresa.
Ejemplo Práctico
Imaginemos una empresa que compra una marca por 25.000€. Contablemente, amortizará 2.500€ anuales (10%). Fiscalmente, solo podrá deducir 1.250€ anuales (5%). Esta diferencia de 1.250€ se contabiliza en la cuenta 4740. Esto resulta en un mayor pago de impuestos en el presente, pero una menor carga fiscal en el futuro. La cuenta 4740 reflejará esta diferencia temporal, compensándose a lo largo de la vida útil de la marca.
En resumen, la contabilidad de una marca requiere un conocimiento profundo de las normas contables y fiscales. Comprender las diferencias entre la amortización contable y la fiscal, y la gestión de las diferencias temporarias, es esencial para una correcta gestión financiera y tributaria. Si tienes dudas, siempre es recomendable buscar asesoramiento profesional.
¿Cómo se contabiliza una marca?
Las marcas, para ser consideradas inmovilizado intangible, deben ser adquiridas, no creadas internamente. Solo las marcas compradas se registran en el activo.
¿Cuál es la vida útil contable de una marca?
A pesar de su renovación indefinida, la normativa contable exige una vida útil definida. Se suele amortizar en 10 años (el periodo de registro), con una amortización mínima del 10% anual si la vida útil no es fiable.
¿Hay diferencias entre la amortización contable y la fiscal de una marca?
Sí. Contablemente, se amortiza al 10% anual. Fiscalmente, la amortización máxima deducible es del 5% anual (la veinteava parte del valor).
¿Cómo se gestiona la diferencia entre la amortización contable y la fiscal?
La diferencia genera un ajuste positivo en el resultado contable, reflejado en la cuenta 4740 “Activo por diferencias temporarias deducibles”. Este activo se compensa con el tiempo hasta la amortización completa.
¿Qué sucede si una empresa crea una marca internamente?
Los desembolsos en la creación de marcas internas no se reconocen como activos intangibles.