Dar retroalimentación no es solo “decir lo que está mal”. Es una de las herramientas más poderosas de liderazgo: puede inspirar, motivar y ayudar a crecer… o, mal utilizada, puede desmotivar y destruir la confianza.
La clave está en el cómo lo dices, cuándo lo dices y desde qué intención lo dices. Aquí encontrarás estrategias prácticas para dar retroalimentación que realmente impulse a las personas, en lugar de apagarlas.
¿Qué entendemos por retroalimentación constructiva?
Retroalimentación constructiva es aquella que busca el desarrollo de la otra persona, no simplemente señalar errores. Se enfoca en conductas observables y ofrece alternativas de mejora claras, sin atacar la personalidad ni la valía del otro.
No se trata de ser “suave” o de evitar decir lo que no funciona. Se trata de ser claro, respetuoso y útil, con el objetivo de generar un cambio positivo.
El impacto de una buena retroalimentación

Cuando la retroalimentación se da de manera adecuada:
- Aumenta la motivación: la persona siente que tiene un camino claro para mejorar.
- Refuerza la confianza: perciben que confías en su capacidad de hacerlo mejor.
- Mejora el desempeño: al haber claridad y guía, los resultados llegan más rápido.
- Fortalece las relaciones: un feedback bien dado demuestra respeto y preocupación genuina.
Por el contrario, una retroalimentación mal planteada puede llevar a desmotivación, resentimiento y hasta renuncias.
Principios básicos para dar retroalimentación que motive
1. Sé específico, no vago.
En lugar de decir “hazlo mejor”, señala exactamente qué puede mejorar: “La próxima vez, estructura el informe con un resumen al inicio para que sea más claro”.
2. Habla de conductas, no de la persona.
Criticar a la persona genera defensiva. Enfócate en la acción: “La presentación se alargó demasiado” en vez de “Eres desorganizado”.
3. Equilibra lo positivo y lo mejorable.
Si solo señalas errores, desmotivas. Si solo das halagos, no hay mejora. Encuentra el balance.
4. Oportunidad es clave.
Dar retroalimentación en caliente, frente a otros o sin contexto, suele ser un error. Elige un momento adecuado y privado.
5. Termina con un camino claro.
No basta decir qué estuvo mal. Propón alternativas concretas o pregunta cómo planea mejorar. Eso da dirección y esperanza.
Técnicas prácticas para retroalimentar con éxito
La técnica del sándwich (con precaución)
Consiste en iniciar con algo positivo, luego dar el punto de mejora y cerrar con un refuerzo positivo.
✅ Funciona bien en personas sensibles.
⚠️ Ojo: si se usa demasiado, puede sonar falso.
El modelo SBI (Situación – Comportamiento – Impacto)
Ejemplo: “En la reunión del lunes (situación), interrumpiste varias veces a tu compañero (comportamiento), lo que hizo que no pudiera exponer sus ideas completas (impacto)”.
Este formato es claro, objetivo y evita juicios personales.
La retroalimentación orientada al futuro
En lugar de solo enfocarte en el error, plantea la conversación hacia adelante:
“La próxima vez, sería útil que…” o “¿Qué podrías hacer distinto la próxima vez?”.
Esto genera un enfoque en soluciones, no en culpas.
Errores comunes que desmotivan
- Hacerlo en público: nadie quiere ser exhibido.
- Usar etiquetas: “eres flojo”, “eres desordenado”.
- Generalizar: “siempre llegas tarde”, “nunca lo haces bien”.
- Hablar desde la rabia: cuando estás molesto, es mejor esperar.
- Ser demasiado indirecto: la otra persona se queda sin claridad.
Cómo prepararte antes de dar feedback
- Define tu objetivo: ¿quieres que mejore un resultado, cambie un comportamiento o desarrolle una habilidad?
- Elige el momento adecuado: evita los extremos (ni en pleno caos ni demasiado tarde).
- Piensa en ejemplos concretos: sin hechos claros, tu retroalimentación pierde fuerza.
- Cuida el tono y el lenguaje corporal: muchas veces pesan más que las palabras.
Cierra siempre con apoyo y confianza
El feedback no debería terminar en un “hazlo mejor”. Lo ideal es cerrar con frases que transmitan confianza y respaldo, como:
- “Sé que puedes hacerlo, confío en ti”.
- “Estoy aquí para ayudarte si lo necesitas”.
- “Lo que te pido es porque sé que tienes el talento para lograrlo”.
Así, la persona se va con claridad sobre qué mejorar y la motivación de saber que no está sola en el proceso.
Preguntas frecuentes sobre retroalimentación constructiva
🔹 ¿Es mejor dar retroalimentación de inmediato o esperar?
Depende. Si la emoción está muy alta, mejor esperar. Pero tampoco lo dejes pasar semanas. Lo ideal es dar feedback cuando el hecho aún está fresco, pero en un espacio tranquilo.
🔹 ¿Puedo dar retroalimentación en público?
Solo si es para reconocer algo positivo. Para señalar mejoras, siempre en privado.
🔹 ¿Cómo reaccionar si la persona se pone a la defensiva?
Mantén la calma y vuelve a los hechos. No discutas personalidades, habla de comportamientos observables. Y si es necesario, pausa la conversación para retomarla luego.
🔹 ¿Con qué frecuencia debo dar feedback?
No esperes a la evaluación anual. La retroalimentación es más efectiva si es continua, breve y frecuente. Así se normaliza y deja de ser algo “temido”.
🔹 ¿Qué hago si la persona no cambia a pesar del feedback?
Primero, verifica si tu retroalimentación fue clara y específica. Si aún así no hay cambios, considera establecer consecuencias o planes más formales. A veces, no es falta de capacidad, sino de compromiso.
✨ Dar retroalimentación constructiva es un arte que combina claridad, respeto y empatía. Si lo haces bien, no solo mejoras el rendimiento, también creas un ambiente de confianza donde las personas se sienten valoradas y motivadas.







